miércoles, 30 de septiembre de 2015

El gato de Almenara

En Valencia hay necesidad de ganar. La hay en todos los clubes, pero en el caso del Valencia esa necesidad se ve incrementada. El inicio de temporada realizada por los de Nuno no estaba siendo el esperado, y el ambiente entorno al equipo y, sobre todo, a la figura del preparador luso comenzaba a ser demasiado negativo. Por eso mismo, para calmar un poco las aguas, la victoria era necesaria como el comer. Se consiguió en la última jornada liguera ante el Granada, por la mínima y sin brillar, pero al fin y al cabo son 3 puntos más para el casillero. Pero no era suficiente, y por eso el partido de Champions contra el Lyon se afrontaba, de nuevo, con la necesidad de ganar para no verse en una situación complicada en la Champions League tras la derrota ante el Zenit en Mestalla en la primera jornada. Y de nuevo sin brillar, y con sufrimiento incluido, el conjunto che logró la ansiada victoria en Gerland.

En los primeros compases del encuentro, los visitantes mostraron su intención de llevar el peso del encuentro mediante el control de la posesión. Pero no fue más que una muestra, ya que rápidamente el Lyon se puso manos a la obra y propició un partido muy igualado en todos los aspectos. Las ocasiones eran escasas, y las mejores llegaban a balón parado para ambos conjuntos. Tanto Abdennour, con un contundente testarazo tras un saque de esquina, como Valbuena, con un preciso disparo de falta desde la frontal, se encontraron con la madera en su camino hacia el gol. Pero en el caso del centrocampista galo no solo fue el larguero quien evitó el tanto, ya que Jaume Domenech voló para desviar el esférico lo suficiente para que éste golpeara en el travesaño antes de marcharse a córner. Y siguiendo el guión del partido, el primer tanto del mismo llegó procedente del balón parado. No directamente, pero si de manera indirecta ya que el contragolpe que lo propicia se inicia cuando Negredo, tirando de astucia, saca rápido una falta en el centro del campo con un envío largo hacia Piatti. Con la defensa francesa desorganizada, el argentino aguantó lo suficiente para que Feghouli llegará desde atrás y que, con un sensacional golpeo, batiera a Anthony Lopes y anotar el único tanto del encuentro.

Obligado por el resultado, Fournier realizó cambios ofensivos con los que consiguió darle una nueva imagen a su equipo y encerrar al Valencia en su campo. A un par de intentos de contragolpe se limitó la aportación ofensiva de los de Nuno, que canalizaron todos sus esfuerzos en mantener la ventaja. Y el objetivo parecía complicarse cuando, coincidiendo con el inicio del vendaval francés, Aymen Abdennour caía lesionado con todavía media hora de partido por delante. Su sustituto fue Aderlan Santos y, pese a formar con Mustafi una pareja de centrales completamente desconocida, su rendimiento fue bueno tanto en el ámbito individual como en el colectivo. Pero ni él ni el alemán pudieron evitar que el Lyon dispusiera de un par de ocasiones muy claras en la recta final del partido. Quien si pudo evitar que dichas ocasiones no desembocaran en el empate fue Jaume Domenech. El guardameta español, al que le ha llegado la oportunidad de su vida a los 24 años cuando nadie contaba con su irrupción al más alto nivel, realizó dos grandes intervenciones cuando en Gerland ya cantaban el gol. Primero enviando a córner un gran remate de cabeza de Tolisso -haciendo honor a su apodo: El gato de Almenara- y luego despejando también a córner un lanzamiento raso y ajustado de Umtiti desde la frontal. Una actuación extraordinaria a la par que importante, que le sirve para reafirmarse en el día en el que Ryan volvía a viajar con el equipo tras superar su lesión. Ahora Nuno tiene ante si un gran dilema en la portería, el cual no le será fácil de aclarar. Pero no hay duda de que Jaume Domenech, El gato de Almenara, ha aprovechado su oportunidad a la perfección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario