miércoles, 23 de septiembre de 2015

Luz al final del túnel

Había llegado el momento de marcharse. Tras una larga etapa de su vida vistiendo los mismos colores semana tras semana, y con un par de cesiones incluidas en los últimos años, tocaba dar el salto y desvincularse definitivamente del club que lo vio crecer. Atrás quedaban años magníficos -con al rededor de 800 goles es el máximo anotador de la historia del fútbol base del FC Barcelona- que lo habían encumbrado como una de las mayores promesas del fútbol europeo. El destino fue Inglaterra, y más concretamente el Stoke City. Allí iba con la misión de relanzar su carrera, que en las últimas dos temporadas había sufrido un pequeño declive. Y como era de esperar, los comienzos no fueron fáciles. No terminaba de hacerse un fijo en el once de Mark Hughes, pese al papel capital que le había ofrecido para que eligiera la opción del Stoke, y su rendimiento no terminaba de ser del todo bueno. Pero con el paso de las jornadas, su aclimatación tanto al país como al equipo fue creciendo a la par que su rendimiento. Así llegó a completar dos meses magníficos, jugando a un nivel que no se le había visto desde su primera cesión rumbo a la Roma. Actuando como mediapunta, aportaba esa capacidad asociativa que tanto buscaba Hughes para poder implantar un nuevo sistema en el Brittania Stadium. Bojan, por fin, se había convertido en una pieza clave de su equipo.

Su carrera volvía a coger fuerza, su nombre aparecía de nuevo en los titulares y todo parecía indicar que nos encontrábamos cerca de su confirmación definitiva en el primer nivel. Pero solo lo parecía, ya que el guión iba a cambiar bruscamente en una noche fría de diciembre. En un partido sin aparente importancia de FA Cup contra el Rochdale, en el cual el propio Bojan había abierto la lata para encarrilar la victoria de su equipo, el jugador catalán se retiró lesionado a la media hora de juego. No tenía buena pinta la lesión al momento de producirse, y las pruebas realizadas posteriormente terminaron confirmando los presagios. Bojan se había roto el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, por lo que estaría seis meses apartado de los terrenos de juego. Tan inesperado como inoportuno, ya que llegaba en el que era, casi con total seguridad, el mejor momento de su carrera. Una pena.

Pero como todas las lesiones, igual que fecha de inicio también tiene fecha de reaparición. Y tras previo rodaje para coger ritmo de competición con una titularidad en Capital One Cup y un cuarto de hora en Premier saliendo desde el banquillo, también disputó un partido con el equipo Sub-21, ésta jornada le llegó el momento de estrenarse como titular en ésta nueva edición de Premier League. Y lo haría en casa ante uno de los equipos de moda en este arranque: el Leicester City de Claudio Ranieri. El inicio fue algo dubitativo, sin mucha repercusión en el juego, pero todo cambió cuando, tras una gran jugada de Arnautović, dispuso de un mano a mano con Schmeichel que no desperdició. Era su primer gol tras la lesión, sexto desde su llegada a Inglaterra, y suponía una importante inyección de confianza para él. Y tan importante fue, que hubo un antes y un después en su actuación. Si decimos que en el comienzo había estado algo desapercibido, tras el gol mejoró considerablemente y se mostró mucho más participativo y acertado. Sin duda una buena actuación para comenzar, que ilusiona y deja entrever que Bojan volverá al nivel de antes de su lesión. Bojan ve ahora la luz al final del túnel, después de 6 meses persiguiéndola.

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